FINALIZADA LA TRAVESÍA: EL PRAT DEL LLOBREGAT - BEGUES - CENTRO BUDISTA - SITGES

El pasado 18 de julio de 2011, 6 valientes nassíos se propusieron ir desde El Prat hasta Sitges, pero no en tren, sino en bici y por el parque natural de El Garraf.
Este es el reportaje de otra gran gesta de este inigualable club ciclistamontañesturísticozampabollos.

A las 7, todos en El Prat.








La clase, el estilo y la fuerza de estos ciclistas han vencido también esta complicada ruta.








Algunos demostraron tal fortaleza que nos dejaron anodadados a todos. ¡Subieron sin pedalear!








La belleza del entorno era espectacular












Una vez en el centro budista algunos aprovecharon para pedir fuerzas para lo que restaba.



En pleno Garraf, con el Mediterráneo al fondo y

cerca del final en Sitges...
¿qué más se puede pedir?








Finalmente, lo conseguimos.
Y, en justa recompensa, nos esperaba un cervezón y su correspondiente acompañamiento,
que nos repusieron perfectamente.

Y hasta el próximo reto...

Mar y Montaña 2011: Crónica oficial

“...que sean posibles los imposibles.
Hay que hablar poco y decir mucho
hay que hacer mucho
y que nos parezca poco”

Gloria Fuertes


MAR Y MONTAÑA
16 AL 21 DE MAYO DEL 2011


Este año la ruta es preparada por los expedicionarios catalanes, que en un alarde de responsabilidad y buen hacer, inspeccionan alguna de las etapas propuestas. Empezaremos en el pre-pirineo, montaña; de allí hacia el litoral mediterráneo que remontaremos hasta el Cabo de Creus, mar; para terminar en tierras francesas. Con ello completaremos nuestros particulares puntos cardinales de la península Ibérica (Viella, Algeciras, Finisterre y Creus). Aquí queda expresado ya el nombre del viaje. ¡Mar y montaña!, aunque debería haber sido al contrario, pero no importa.


Un día antes de la partida se procede al tradicional cargue de la furgoneta. Las bicicletas son embaladas en cajas con el objeto de facilitar las labores de carga y descarga. En efecto, la carga propiamente dicha se facilitó, pero no sin antes complicar un tanto las cosas. Cajas grandes, más pequeñas, quitar ruedas, desmontar pedales, invertir manillares, deshinchar neumáticos. Por la tarde parte rumbo a Barcelona donde pasará noche. El resto, disfrutando de la ventaja que supone el Ave, dormiremos tranquilamente, o no, en casa, y en un abrir y cerrar de ojos –literalmente- llegamos a Barcelona, unos minutos de espera y en el Rodalies, destino Ribes de Fresser.


La participación se ve reducida por el elevado número de bajas con respecto a otras ediciones. Las excusas, nunca solicitadas, son variadas. Esperemos que sean temporales. A cambio contamos con un par de incorporaciones y un reenganchado. Siempre es gratificante contar con nuevos miembros, más si llegan con espíritu positivo. Además a lo largo de las jornadas desde Barcelona, se unirán compañeros para disfrutar de la etapa del día, lo que constituye una novedad respecto de otras ediciones.




"Pyrene huyó más allá del Jardín de las Hespérides,
para ocultarse en unas hermosas montañas,
que tomaron su nombre..."

Leyenda


1ª Etapa: Ribes de Fresser- Olot

Kilómetros: 57 km.
Inicio: 12.06 h., 907 m., Ribes de Fresser.
Final: 19.46 h., 450 m., Olot.
Desnivel acumulado en la jornada: 1212 m.
Altura máxima: 1658 m. (Coll de Jou)
Tiempo en movimiento: 5 h.
Velocidad media en movimiento: 11,3 km/h.
Velocidad media total: 7,4 km/h.
Velocidad máxima: 51,4 km/h.


Punto de partida, estación de Ribes de Fresser, comarca del Ripollés. Una avanzadilla del pelotón, para no demorar en demasía la hora de partida, se adelanta a la llegada del gran paquete con la intención de tener las bicis preparadas en la parilla de salida, no sin antes haber llenado el buche. Pese a que las máquinas estaban preparadas, como ocurre con las cosas importantes, el último toque se lo debe dar el propio interesado.


De Ribes parte el tren cremallera que en 12,5 km. salva un desnivel de 1000 mts. para acceder al valle de Núria. Nosotros, una vez enfundados en la ropa de trabajo, tenemos que ascender 750 mts en 12 km, con rampas de hasta el 14%, para salvar el Coll de Jou, en plena Sierra Cavallera. Pero esto no supone ningún inconveniente. Este año la preparación física de los participantes ha sido mucho mejor que la de años anteriores. Nos vamos concienciando que ir bien de forma física nos permite disfrutar más de la ruta, o lo que es igual, sufrir menos.


Desde Bruguera, el asfalto se convierte en cemento, que en el descenso se torna bacheado. Tiempo fresco y nuboso que obliga a colocarnos el chubasquero o ropa de abrigo. Pocas veces a lo largo del viaje volverá a ocurrir, ya que este año las condiciones climatológicas han sido estupendas, ideales para rodar en bicicleta. Tiempo seco, soleado, sin grandes calores, ni frío. La ausencia de nubes, o brumas nos permitirá a lo largo de las etapas contemplar horizontes infinitos, espacios ilimitados, y para los que somos de interior, disfrutar de una mar en calma, tranquila y serena, cuya influencia se ha dejado notar –sin lugar a dudas- en la actitud del pelotón. El viento, temido, no apareció más que de forma suave y a favor.


Breve parada en la ermita románica (siglo XII) de San Martí de Ogassa, antes de llegar al avituallamiento, en Ogassa, donde el furgonetero tiene preparados los alimentos que vamos a degustar, a la umbría de una fuente y en frente del bar. Cervezas y cafés complementaron la degustación de especialidades de la tierra, espetec, butifarra, longaniza, jamón.


Por la vía verde “Ruta del hierro y del carbón”, hasta Sant Joan de les Abadesses. Esta vía continúa hasta Ripoll, y es llamada así, por la tradición de las forjas en el Ripollés y a la extracción de carbón en las minas de Ogassa.


Un puente en sus orígenes medieval, destruido durante la guerra civil y reconstruido en estilo gótico, salva las aguas del Ter y nos adentra en esta villa, emplazada en torno a un antiguo monasterio benedictino. El río Ter nos guiará y nos acompañará hasta su desembocadura en el Mediterráneo, próximo a Torroella de M. Con rapidez afrontamos el ascenso al Coll de Santigosa, en cuya cima y tras un giro de 90º a la izquierda descendemos por una pista por la Vall de Bianya, pedregosa y embarrada, como ya anunciaba el cartel que junto a la carretera complementaba el original y que no había considerado esta circunstancia. La pista, salpicada de riachuelos y grandes charcos de agua y barro, deja las bicis listas para el tren de lavado y una cadena rota, a cuyo alrededor se arremolinan los mecánicos de la escudería BH. También muchas risas y un gran ambiente festivo en el grupo. Por un momento, la memoria retornó al comienzo, a los “pedals del foc” y sus aventuras y desventuras.


Olot, enclavada en el Parque Natural de la zona volcánica de la Garrotxa, es la capital de la comarca. En la falda de uno de sus volcanes, el Montsacopa, se ubica el Hostal Sant Bernat, que ofrece una gran panorámica de la localidad. Una gran panorámica y al día siguiente un gran desayuno, que palió cualquier otra carencia. Abundante, completo, y diligentemente servido por la camarera que en cada momento se desvivió por satisfacer los gustos y necesidades de cada uno de los ciclistas. Entendámonos, gustos culinarios, de comer, bueno, de alimentarse. Una barandilla de madera es el elemento adecuado para los estiramientos, dirigidos por el monitor de pilates, mientras tanto se distribuyen las parejas por las habitaciones. Este año se ha eliminado la promiscuidad de otras veces y las parejas, conformadas el primer día, la primera noche, han sido estables a lo largo de las jornadas. Esto, desde nuestro punto de vista, también ha contribuido ha pacificar el ansia del pelotón por llegar y obtener un buen compañero de cama. Ya no había necesidad de correr.


Por la mañana, el intendente, se encargó de tomar nota para que la cena se sirviera con premura. En el transcurso de la misma, los miembros del club “Nasios Pa Demarrár”, con su presidente a la cabeza, hacen entrega del recién estrenado polo de la peña a, D. Pedro Monge y D. Pedro Uche, por su dedicación y buen hacer a lo largo de su trayectoria deportiva. Asimismo se informa de la propuesta que “Nasios” tiene para el 2013, La Patagonia, cuyo promotor, Jesús Segarra, ha pedaleado con nosotros hasta Sant Joan de les Abadesses. La Patagonia debe ser un gran pueblo, un poco lejos para ir en bici, pero bueno, hay tiempo.




“De vez en cuando hay que hacer una pausa,
contemplarse a sí mismo sin la fruición cotidiana,
examinar el pasado rubro por rubro,
etapa por etapa, baldosa por baldosa
y no llorarse las mentiras sino cantarse las verdades”.

Mario Benedetti.



2ª Etapa: Olot- Playa de Aro

Kilómetros: 117 km.
Inicio: 9.15 h., 450 m., Olot.
Final: 19.50 h., 14 m. Playa de Aro.
Desnivel acumulado en la jornada: 997 m.
Altura máxima: 905 m. (Puig Rodó)
Tiempo en movimiento: 8 h. 20 min.
Velocidad media en movimiento: 14,1 km/h.
Velocidad media total: 10,8 km/h.
Velocidad máxima: 42,8 km/h.

La pista del día anterior deja mella en una bicicleta, un radio roto. Mientras el pelotón se dirige hacia el mirador de Puig Rodó, único alto puntuable de la jornada, en Olot se realizan las oportunas compras para el avituallamiento y el radio es reparado por un mecánico del desaparecido equipo Kas, puntero en los años 70.


Arriba desde el mirador, es posible ver el golfo de Rosas, el valle de Olot y las montañas de origen volcánico de la Garrotxa. En el comienzo de la pista, una ciclista pone en cuestión la preparación del grupo. Unos suben rápidamente para no ser alcanzados, otros esperan deliberadamente a serlo. Al final, la recompensa, la vista hermosa del paisaje desde un bonito mirador al que hay que acceder a pie. Descendemos para, en Les Preses, retomar la vía verde del Carrilet, cuyo primer tramo hasta Girona, recorre los valles del río Fluvià y Ter, por el trazado del antiguo tren de vía estrecha que unía las comarcas de la Garrotxa y el Girones.


Desde Sant Feliu de Pallerols el tramo transcurre encajonado en frondosas y sombrías trincheras. El perfil favorable permite desarrollar una velocidad elevada, propiciando que las hojas depositadas en el suelo, leviten por la tracción de nuestro rodar, dejando una estampa bucólica a nuestro paso. En la remozada estación de Amer una refrescante cerveza, sirve de aperitivo antes de comer en Anglés, bajo la sombra de una carpa, que en las fiestas patronales seguro que sirve como escenario de diferentes actividades. No hay alcohol para acompañar los alimentos. Si, en cambio, coca-cola, zumos, fruta y helados que se saborean lentamente. Tampoco café.


Al pasar por un pequeño puente, unas gafas saltarinas abandonan la compañía de su dueño, ocultándose en la vegetación, en la orilla de un riachuelo de imposible acceso. Tanto es el valor sentimental de las mismas que no hay mastercard que las pueda reemplazar, así que; con un poco de ingenio, una caña, un pulpo –de goma-, paciencia y habilidad son recuperadas.


Un paseo de plataneros y las aguas de río Ter nos conducen a Salt, municipio conurbado con Girona. Las obras de la autovía cortan el acceso, debemos reorientarnos, momento en el que dos unidades se quedan rezagados con problemas en la cadena, la cual termina rompiéndose. En esta ocasión, el equipo HARO, con menos mano de obra que BH, pero mejores piezas de recambio, solventa el incidente en tiempo record. Si el arreglo no hubiera sido satisfactorio, había preparada una coqueta Girocleta con cesta portaobjetos. Abandonamos Girona para buscar el segundo tramo del Carrilet, que nos conduce por la comarca del Baix Empordà hasta las orillas del Mediterráneo.


Hotel Bell Repòs, Playa de Aro. Su proximidad a la playa, propicia el baño de algunos atrevidos, hoy los estiramientos se realizan en la arena. El establecimiento cuenta con un acogedor jardín, que tomamos al asalto para acomodarnos y consumir. En la cena, el recaudador de tasas recoge el segundo plazo de la cuota, que tan bien sabe administrar. Los polos azul celeste de “Nasíos”, lucen orgullosos. La cena, compuesta de raciones abundantes, la realizamos en un restaurante concertado con el hotel. Los platos son variados y el vino corre alegre y abundante hasta que la dueña pone limitaciones al consumo.


Con el mar de sonido de fondo y las gaviotas de primer plano, algunos no consiguen un descanso todo lo placentero que hubieran deseado. Otros en cambio, si. El cansancio por los kilómetros recorridos, la bajada de tensión que produce la proximidad del mar y los efluvios de Baco, favorecen un sueño profundo y reparador.


“El mar...
la playa de arena blanca...
El mar con chispas de sol hasta el horizonte”...

Sabina Berman


3ª Etapa: Playa de Aro- Rosas

Kilómetros: 103 km.
Inicio: 9.10 h., 14 m. Playa de Aro.
Final: 19.30 h., 6 m., Rosas
Desnivel acumulado en la jornada: 641 m.
Altura máxima: 159 m.
Tiempo en movimiento: 7 h 24 min.
Velocidad media en movimiento: 14 km/h.
Velocidad media total: 11,3 km/h.
Velocidad máxima: 37,7 km/h.

Colocados en la parilla de salida, dando gas en espera de que se apague el semáforo, llegan como hijos de Thor los Perez’s Brothers, para unirse al grupo hasta el final de la ruta. Hoy alguno, luce modelito tirantes que quita el hipo, objeto de cachondeo durante toda el día, quizás al final se arrepienta de habérselo puesto.

Circulando paralelos a la costa, disfrutando de la climatología y del paisaje llegamos, tras haber pasado por cala Fosca, a la vía verde “ruta del tren petit”, en el tramo Palamós-Palafrugell, por el antiguo recorrido del tren de vía estrecha que llegaba hasta Girona pasando por La Bisbal d’Emporda.


Pals, obligatorio detenerse en esta villa medieval que se levanta sobre una colina rodeada de llanuras, que en su origen fue zona pantanosa. Ascendemos por sus calles hasta llegar a la parte alta, dominada por la Torre del Homenaje, también conocida como Torre de las Horas por el pequeño campanario que se colocó tras ser derribado el castillo. Es una construcción defensiva de planta circular, asentada sobre una plataforma de roca, donde se observan vestigios de tumbas visigóticas. Somos abordados por un equipo de La Sexta 2, que está grabando para su programa Carreteras Secundarias.


A la entrada de Torroella de Montgrí, menú exprés en un Carrefour. Algún culito enrojecido, necesita una mano de crema hidratante que restañe las rozaduras y poder seguir con sus posaderas sobre el sillín para llegar a L’Estartit y contemplar como las Islas Medes se asoman entre las aguas del Mediterráneo, rompiendo la azul línea del horizonte. Inmensa playa casi desierta. Privilegio en esta época del año.


Pasamos L’Escala, al sur del Golfo de Rosas, avistamos el final de etapa desde un mirador sobre la playa, quedan pocas millas marinas para llegar pero kilómetros…ufff! Por un bello entorno y en constante contacto con la costa, llegamos a las ruinas greco-romanas de Ampurias. Antiguo centro de comercio fundado por comerciantes griegos en el siglo VI a. de C. y posteriormente romanizado.


Continuamos por una zona de dunas y juncos que nos obliga a desmontar, hasta que el curso del río Fluvía, ya en su desembocadura, intercepta nuestro camino. Remontamos en busca de un puente que nos permita cruzarlo, el cual se halla a las puertas de Sant Pere Pescador. En tierras pantanosas, aptas para el cultivo de arroz, se levantó la urbanización de Ampuriabrava, que aprovechando la desembocadura del río Muga, se ha convertido en el residencial marítimo más importante de Europa con sus 24 km de canales navegables, gracias a los cuales es factible amarrar el yate en la puerta de casa. Nosotros amarraremos el nuestro, la bici, también bastante cerca de la puerta del hotel.


Hostal Rom, en Rosas, un establecimiento familiar que sirve comida casera en buffet libre, del cual damos buena cuenta, hay alimentos que se tienen que reponer con celeridad. Los cocineros, perplejos salen en varias ocasiones a comprobar como desaparece el contenido de las bandejas. Incluso la que parece ser dueña del establecimiento, en un momento dado no puede por menos que lanzar una exclamación, que incluso somos capaces de entender los que no hablamos catalán. ¡Cujons!


Tras la cena, el grupo de logística presenta, con la ayuda de una modelo, el maillot que va a reconocer nuestros últimos logros. Color verde lima (o similar) y con un logotipo diseñado para la ocasión, la Rosa de los Vientos y en cada uno de los puntos cardinales, las últimas rutas conquistadas. Vielha al Norte 2008, Algeciras al Sur 2009, Fisterra al Oeste 2010 y Cap de Creus al Este 2011; este lo añadiremos mañana. Aprovechando la cercanía de la playa, caminamos por el paseo marítimo en busca de un chiringuito para tomar una copa que nos ayude a olvidar el cansancio de las jornadas.


...”yo no entiendo casi nada y me muevo torpemente,
pero el espacio es hermoso, silencioso, perfecto.
Yo no entiendo casi nada, pero comparto el azul, el amarillo y el viento”...

Eduardo Chillida


4ª Etapa: Rosas-Llançá

Kilómetros: 71 km.
Inicio: 9.10 h., 6 m, Roses.
Final: 21,31 h., 14 m., Llançá.
Desnivel acumulado en la jornada: 1824 m.
Altura máxima: 519 m.
Tiempo en movimiento: 7 h. 41 min.
Velocidad media en movimiento: 9,20 km/h.

Rosas o Roses, en el Alt Empordà, al norte del Golfo de Rosas y al sur del Cabo de Creus, punto de salida de esta etapa, a la cual, en su jornada matutina se une el compañero Luis Villalba, de Port Bou. Cala Montjoi, lugar de asentamiento del famoso restaurante El Bulli, próximo a cerrar sus puertas para convertirse en un centro creativo de cocina y gastronomía, tomamos a préstamo y como objeto de recuerdo un pergamino ubicado en la entrada, que esperamos que con el tiempo se revalorice.


Surcamos la costa, a nuestros pies Cadaqués. La vista desde lo alto es preciosa. El mar azul contrasta con el blanco de las casas y el color de las montañas que aíslan y protegen a la vez al núcleo urbano. Pueblo pesquero que vivió mucho tiempo de cara al mar, aislado por el Puig de Paní y el Puig de Bufadors. Residencia veraniega de ilustres personajes como Dalí o Lorca, su topónimo es “Cap de Quers” o “Cabo de rocas”. Que diferente del actual, bullicioso, caótica circulación por sus intrincadas callejuelas. Las más aisladas salpicadas de flores y de bohemios. Estamos en el corazón del Parque Natural del Cabo de Creus, que en sus 14000 hectáreas; 11000 terrestres y 3000 marinas; cuenta con espectaculares acantilados, escondidas calas y pequeñas islas, un paraíso para el submarinismo. Por carretera, en larga subida donde coincidimos con ciclistas de carretera, extranjeros, llegamos al faro. Hemos completado un objetivo, que circunstancialmente y sin proponérnoslo nació poco a poco, Vielha, Algeciras y tomó forma en Fisterra. Cualquier excusa es buena para fijar objetivos a cumplir, o a intentarlo, en años sucesivos.


En la parte más oriental del Parque, el faro, donde Orson Welles rodó “El faro del fin del mundo” y que nosotros convertimos en una zona de picnic. Nos prepararnos el bocadillo a base de atún, sardinas, pimientos, olivas; y lo regamos con unas buenas jarras de cerveza. Suerte tuvimos de poder acompañar la comida con bebida, porque para el café fue imposible que nos atendieran, la demanda desbordó la mano de obra. Solamente un avispado, en una hábil maniobra, consigue cafetear. En el transcurso de la toma de alimentos, se nos une un galgo árabe despistado, con un collar en el que figura el número de teléfono de su dueño, un alemán con aspecto de bohemio al que hemos llamado para informarle del paradero del animal. El can responde al nombre de Sloughy.


Tirando de bici accedemos a una recóndita cala, Tavallera, donde los más atrevidos disfrutan de un baño en sus gélidas aguas. En una recreación de la película “Full Monty”, los bañistas ocultan sus vergüenzas con el casco. Con las piernas reconfortadas tras el chapuzón, remontamos en busca de la pista a la que llegamos con un pequeño resbalón que provoca varios rasguñazos en extremidades inferiores y superiores del entrenador del grupo. Una menudencia comparada con el parte médico de la Cueva del Gato (véase Andalucía 2009).


En Port de la Selva nos reunificamos con la furgo, reponemos líquidos y se divide el grupo en dos paquetes, los que suben al Monasterio benedictino de Sant Pere de Roda, en la falda de la montaña de Verdera bajo las ruinas del castillo de Sant Salvador, y “los inteligentes” que por el camino de ronda y en constante contacto con la costa llegan a meta. Por si no hubiera bastante con la senda a la cala, la bajada a Llançá siguiendo el GR, será de las que se recordarán por muchos años. Algunos, en ese momento, superamos la fase de introspección en la cual ponemos en duda todo y solo hubiéramos deseado, en ese momento, encontrarnos en el cobijo reconfortante de nuestro salón, en el sofá, tumbados viendo las noticias. ¡Quién me habrá mandado venir aquí! Pero, ¿qué sería de las rutas realizadas, si en algún momento no pasáramos esta fase? Que rápidamente se olvida.


LLança, albergue La Estación. Como todo albergue dispone de camaretas comunes de 4 y de 8 plazas. La avanzadilla prepara las habitaciones para que todo este a gusto de los “peregrinos benedictinos”. ¡Hay favores que no se pagan ni con todo el oro del mundo! Cenamos en el bar de la estación, mecenazgo que hay que agradecer a Luis Simón, de la J.O. de Girona. Butifarra, chuletas, pimientos, acabamos con las existencias, el proveedor ha suministrado insuficiente género para 22 estómagos insaciables.


...”siempre sobre la madera de mi vagón de tercera, voy ligero de equipaje”...

Antonio Machado



5ª Etapa: Llançá- Collioure

Kilómetros: 43 km.
Inicio: 8.54 h., 14 m, Llançá.
Final: 13,10 h., 16 m., Collioure.
Desnivel acumulado en la jornada: 963 m.
Altura máxima: 408 m.
Tiempo en movimiento: 3 h. 23 min.
Velocidad media en movimiento: 12,8 km/h.
Velocidad media total: 9,7 km/h.
Velocidad máxima: 51,2 km/h.

Llegan frescos y con las piernas a punto tres compañeros, Juan Pedro, Chema y Alfonso, para pasar el día en nuestra compañía. Partimos camino de Port Bou, el cual se muestra esplendoroso desde las montañas que le rodean. Encajonado entre estas y el mar, hoy en día, es una población sin rastro de la actividad fronteriza que en otro tiempo pobló sus calles. Hay que cerrar los ojos e imaginarse el bullicio de otras épocas.


Remontamos hasta el Coll de Belitres, frontera administrativa entre España y Francia. Un memorial a los 100.000 hombres, mujeres y niños republicanos que tomaron el camino del exilio después de tres años de guerra contra el franquismo, marca la línea invisible y, en muchos casos, sin retorno de los exiliados. Desde aquí, caminando hacia el levante se encuentra el Puig de Cervera, primera o última cumbre pirenaica. Este inicio o final de los Pirineos está marcado por una pilona, divisoria de fronteras, con el número 601. Debería haber otra más, la 602, pero no hay constancia de la misma. Posiblemente se encuentre bajo el nivel del mar. Resulta curioso que la revista Pirineos publique en estas fechas un número especial referido a las mugas fronterizas.


Un trío se encamina por carretera, el resto por pista, destino Collioure. Su iglesia asomada al mar y su fortaleza medieval abrazada por dos ensenadas nos dan la bienvenida. ¡Qué bonitos resultan ser los pueblos franceses de la costa! Cuidados y limpios, sin asomo de vandalismo. Un incidente, que no tuvo consecuencias, marca la llegada a la localidad francesa donde el poeta sevillano Antonio Machado terminó su viaje. En una humilde tumba, adornada con flores y placas, descansa junto a su madre. Una frase: “Mi corazón está donde ha nacido, no a la vida, al amor. Cerca del Duero.” que a los sorianos del grupo nos hizo, por un momento, recordar nuestra tierra.


Para nosotros también supone el final de nuestro viaje, las bicicletas a la furgoneta y a esperar el tren que nos lleve a Llança, donde comeremos una paella. El espacio habilitado por SNCF para el transporte de bicis es escaso y en esta ocasión va completo. ¡Monsieur, zéro vélo! así que tres voluntarios se encargan de recolocar las que ya están cargadas en la furgoneta para hacer sitio a las que pensábamos subir al tren.


Una ducha en el albergue y a disfrutar de la comida, tras la cual la furgoneta se pone en marcha hacia Zaragoza, con parada momentánea en Barcelona. El resto de la expedición, tras un tranquilo paseo hasta la playa de Llançá, donde se toma la última consumición. El momento dará lugar a la frase de la ruta. Marcelino solicita un café con hielo, y en el hielo… La camarera en un alarde de mal entendida profesionalidad, termina la frase con “un trozo de limón”. Marcelino, corrige a la intrépida, “unas gotas de anís”.


El Costa Brava llega a la estación de Llança, puntual. Nos acomodamos y a lo largo del viaje nos disponemos a conocer una serie de genuinos personajes. La cantante argentina que ensaya denodadamente ya que la ha dejado tirada y debe buscarse la vida para ir a Marruecos donde, parece ser, la han contratado. La fulana que telefonea a su cliente con voz lo suficientemente alta para que nos enteremos que ha perdido el Ave, que ha tenido que coger este asqueroso tren, que el taxista le ha soplado 30 euros, que va tan llamativa que todo el tren la mira, y que ¡ya puedes portarte bien esta noche conmigo!. También conocimos a la china que no paró de hablar en todo su trayecto. Al chino a quien su padre dio indicaciones de cómo llegar a Reus y que incapaz de trasmitir hizo que se bajara en Tarragona, para en el último momento subir de nuevo, ante la sorpresa y estupor de la cantante argentina. El extremeño que estaba realizando un viaje de más de 24 horas para ir a su pueblo y matar al empresario que lo ha dejado sin trabajo. La hermosa joven de grandes ojos y extravagantes zapatos. Y algunos personajes más. El tren en su estado más primitivo, más puro, más alejado de los asépticos aves actuales donde los señores clientes compiten en hablar por el móvil y que quede constancia de ello. Tras dar la vuelta al mundo para llegar a Zaragoza Delicias, puntual, como no podría ser de otra manera tras de las indicaciones dadas por el Técnico del P.M. a su equipo y por Marcelino al maquinista, nos despedimos en la estación. Desangelada a estas horas, como un poco estábamos todos.


Según San Garmin

Kilómetros totales: 391 km.
Desnivel acumulado: 5637 m.
Tiempo pedaleando: 31h 48m


"Somos como esos viejos árboles
batidos por el viento
que azota desde el mar."

Los viejos árboles aparecieron en la primera etapa del recorrido. Pinares extensos, hayedos majestuosos en el Pirineo y la Garrocha. Olivos milenarios en la zona Mediterránea. En cambio y por fortuna, nunca fueron azotados por el viento. La suave brisa que en el atardecer soplaba desde el mar nos ayudaba al pedalear hacia nuestro destino.


"Hemos perdido compañeros
paisajes y esperanzas
en nuestro caminar."

En efecto. Algunos compañeros hemos perdido momentáneamente, pero mantenemos siempre la esperanza de que vuelvan a recorrer los paisajes, y aunque quedan atrás nunca se perderán.



"Somos igual que nuestra tierra
suaves como la arcilla
duros del roquedal."

La arcilla pegajosa del camino hacia Olot o las rocas duras junto al mar en las diversas calas y recodos del Mediterráneo. La dureza extrema del Cap de Creus, nos han acompañado a lo largo de esta espectacular ruta. Nosotros nos hemos ido adaptando en cada caso a las circunstancias para confundirnos con el paisaje y para que el paisaje no nos confundiera.


"Hemos atravesado el tiempo
dejando en los secanos
nuestra lucha total."

Dejamos los secanos de Aragón, y en ellos nuestro sudor de casi todas las semanas cuando pedaleamos, atravesando el tiempo y el espacio para seguir.


"Vamos a echar nuevas raíces
por campos y veredas,
para poder andar."

Este es el propósito. Echar nuevas raíces por campos y veredas para poder andar. El propósito ya está. El nuevo proyecto, también. Sólo falta poder andar de nuevo el próximo año.

Hemos querido finalizar este relato con algunas estrofas de la canción “Somos” de José Antonio Labordeta, que en próximas fechas se conmemorará el año de su fallecimiento.

Somos (Labordeta)