Collserola: Sant Feliu de Ll. - Can Coll - El Prat del Ll.

Finalizada la 3ª etapa de la "Chállenger" 2013: Conquista de Collserola.

El pasado 8 de marzo de 2013, Collserola fue testigo mudo del paso de un torbellino, de un huracán sobre ruedas, que inclinó la cerviz de rampas imposibles, bosques de cuento, de ríos y hasta de extravíos que hicieron peligrar la vida de los protagonistas del día: los nassíos para demarrar.

La jornada tenía un aliciente especial: en destino nos esperaba una frugal, ¡qué diré frugal!, ¡una espartana comida! que nos iba a aderezar uno de los más reconocidos chefs del P.M., Don José Palomar, con el fin de recompensar el esfuerzo realizado, acompañado de una nutrida representación de famélicos jefes del C.T.C.

Se acabó el rollo. Demos paso al relato, más visual que verbal, de lo que dio de sí la jornada.

El día se inició, cómo no, con los once héroes del día dando la nota frente a la estación de ff.cc. de Sant Feliu, obstaculizando el paso de los autobuses, como tiene que ser.



Finalizados los prolegómenos, el grupo inició su travesía, ¡henchidos los corazones de gozo sin par!






Pronto, las rampas empezaron a aparecer. Pero no hubo problema; no hubo obstáculo que se resistiese.





Bueno... algún obstáculo se atragantó. Pero nada de importancia...


Mereció la pena el esfuerzo. Las vistas eran un regalo para los ojos.


El sentido de la orientación, casi arácnido, de los nassíos nos permitió llegar a buen puerto. Especialmente, cabe destacar la atención que pone nuestra Paqui-Gps, la compañera "nassía" que nunca, y cuando digo nunca es nunca, se pierde.


El camino estuvo bien surtido de rieras cargaditas de agua, por las lluvias reciente. Para los nasíos no fueron sino otra diversión añadida más.


Después de subir 6000 o 7000 metros, ( o más....), pudimos divisar sorprendentemente cerca la famosa torre de Collserola y la reconocible silueta del castillo del Tibidabo.


De tanto tiempo estar sentado en el estrecho sillín de la bici, a algunos se les invirtió el pirulí hacia atrás, y trabajito les dio encontrárselo...


Esta es una gran foto, que revela el espíritu de concordia, buenos sentimientos y sanas motivaciones de los
miembros del heróico grupo. Vean la mirada de Lino... ¿A quién se dirige? ¿qué estará pensando? ¿qué se estará trajinando en la sala de máquinas de su cabeza?


Ejem... ¡Cogido con las manos en la Paqui... digo en la masa!


Una vez reiniciada la marcha, no se perdió la oportunidad de grabar la pericia de los ciclistas al atravesar el líquido obstáculo. ¡Nada de grabar la posible caída! ¡Por favor, por quiénes nos han tomado!


El esfuerzo sobrehumano se hacía reconocible en la expresión de algunos rostros. Las duras rampas nos desgastaron, pero no nos vencieron...


Y he aquí el oscuro (y suculento) objeto del deseo. Una obra maestra.


Algunos nasíos rodeaban a la víctima, cuál leona de la 2 sobre el ñú, buscando el momento y la forma de meter la cuchara.



Parece que lo han encontrado. Agazapados, están a punto de mostrar por qué son dos de los más peligrosos depredadores de paellas del planeta...





Pero no contaban con el macho alfa de la manada. Con esa mirada, cualquiera se atreve a intentar nada... Los depredadores huyen al momento...
Nuestro Palomar es "The One" de la cocina. ¡Cuántos tenemos que agradecer a nuestro maestro de ceremonias!



Los parroquianos demostraron tener buen saque. Mejor comprarles un traje...


El ambiente, inmejorable.


Los que decidieron regresar después de la frugal comida, no se encontraron con un perfil más amable que el de ida. De hecho, sabemos que a alguno les pilló la noche. Lo que digo: son héroes. Y eso que se quedaron con hambre...



El perfil...


Y hasta aquí la crónica. Esperando a la próxima que será no menos emocionante.
¡Saludos!